Hay problemas que hay que afrontar obligadamente. En este mundo tendremos aflicción. Pero, ¿de qué perspectiva estamos mirando nuestros problemas? ¿Desde el caos humano o la solución divina?

Si vos creés que Dios es soberano y está guiando tu vida, deja que Él actúe; porque nada ocurre sin el permiso de Dios. Sos una persona en un proyecto; no una casualidad del universo.

¿Qué hay detrás de esta situación? ¿Qué es lo que Dios quiere enseñarme en esta situación por la que estoy transitando? Preguntas correctas que deben hacerse cuando una dificultad nos amenaza. Basado en Daniel 1

La respuesta negativa a las respuestas de Dios traen las consecuencias que vivimos. ¿A quién entregarás tu alma? ¿Qué camino seguirás? Preguntas que solo cada uno de nosotros puede contestarlas. Última parte, basado en Génesis 4

No hay ningún padre o madre que tenga hijos y desee perderlos. Invertimos en ellos, les enseñamos y ponemos nuestro mejor esfuerzo. Pero no podemos poner nuestra Fe en lugar de la de ellos. Basado en Genesis 4

Nuestros hijos: criados en el mismo hogar, educados por los mismos padres, enseñados a adorar a Dios. Los conflictos aparecen cuando uno decide seguir su propio camino. Basado en Génesis 4

Muchas familias enseñan a sus hijos a seguir el camino de la Fe. Estos hijos saben qué camino seguir y es ahí cuando algunos eligen seguir su propio criterio y dar las espaldas a Dios. Basado en Génesis 4

A los hijos no se los califica por sus virtudes o habilidades. Algunos padres cometen el error de la acepción de personas. Determinan su cariño debido a diversos factores que identifican a sus hijos.

Toda familia desea hijos que en el día de mañana traigan honra y felicidad a los padres. Todo padre desea que su hijo sea lo que él no pudo ser. Dios es un padre para nosotros. Basado en Génesis 4

El envidioso siente que la ganancia de otros es su pérdida. El triunfo de otros, su fracaso. Para abandonar la envidia hay que reconocer dónde estamos y apartar el orgullo. Basado en Daniel 6:5