¿Te imaginas darte cuenta que aún teniendo más de una década en el Evangelio, tu visión de los hijos aún está muy secularizada?
¿Te imaginas haberle enfatizado a tu doctora durante todo el embarazo que debía cortarte las trompas, y justo en medio de la cesárea detener el procedimiento?
Quiero contarte cómo Dios me rescató de mí misma, mi necedad, y de mi manera de pensar en cuanto a la maternidad y los hijos.
Con mi testimonio, quiero animarte a correr al Dios que lo cambia todo y oro al Señor para que seas animada a decir SI a la vida. ¡Dios te bendiga!