La vida es tan hermosa, tan llena de momentos inolvidables, de segundas, terceras o tal vez más oportunidades que nos permiten casi entender lo grandioso que puede ser experimentar todo el amor que nos rodea.
Sin embargó, diversas situaciones del pasado perturban y confunden entender en su amplitud el ahora, y a su vez todas las señales que nos llegan para encontrar el camino hacia la felicidad.
Dificultades para entender y demostrar nos llevan a crear barreras de confusión que nos hacen perder un tiempo precioso que tal vez ya no volverá. Presionamos el ahora con cientos de cuestionamientos, prejuicios y excesivas respuestas que terminan por crear una maraña de ideas, que a veces se torna en confusiones que se prolongan y afectan.