Levítico 11. En este sermón descubriremos que la verdadera pureza no se trata de lo que comemos, sino de la condición de nuestro corazón. Aprenderemos a discernir entre lo limpio y lo impuro en un mundo lleno de tentaciones, entendiendo cómo la santidad de Dios nos transforma y nos capacita para vivir en comunidad, lejos de la soledad y el pecado, mientras abrazamos la vida abundante que Dios tiene para nosotros.