La iglesia no es un museo de santos, sino un hospital para pecadores. ¿Cómo respondemos cuando un hermano falla? ¿Lo señalamos y lo condenamos, o le ofrecemos la esperanza y la restauración que encontramos en Cristo?
En este mensaje, profundizamos en Lucas 6:37-42 para entender el llamado de Jesús a ser "médicos" de nuestras almas y de las de nuestros hermanos.
Aprende a mortificar el orgullo que te lleva a condenar y a cultivar un corazón que, como un buen médico, no solo señala el problema, sino que también ofrece la cura: la gracia de Cristo.