En este sermón, exploramos cómo la fe genuina no se basa en lo que podemos ver, sino en la autoridad inmutable de Dios, quien habla y las cosas son hechas. Descubrirás que esta fe no es un sentimiento efímero, sino una confianza que nos sostiene en medio de las dificultades y nos lleva a depender completamente de Cristo, nuestra Roca y Salvador, en quien todas nuestras esperanzas y certezas encuentran su fundamento.