Una joven de la comunidad piapoco comparte su historia marcada por las dificultades para obtener su documento de identidad, viviendo por años en el anonimato debido a la lejanía de su territorio y el desconocimiento de los trámites.
Gracias a una jornada de la Registraduría, logró registrarse oficialmente y sentirse, por primera vez, plenamente reconocida como ciudadana colombiana. Con emoción y gratitud, nos cuenta cómo este documento le permite caminar libre, soñar con estudiar y luchar por su futuro.