La metáfora del "cordón triple" en Eclesiastés 4:12 resalta la importancia de la comunión entre hermanos en la fe. Similar a un cordón entrelazado con tres hilos, la vida cristiana se fortalece cuando los creyentes comparten experiencias, se apoyan y animan unos a otros.
El primer pliegue simboliza las relaciones horizontales entre los hermanos, solidificando las amistades. El segundo pliegue representa la presencia constante de Dios, el vínculo central fortalecedor. El tercer pliegue simboliza la esencia de Dios que une a los creyentes como familia. Vivir en comunión, anclados en la presencia de Dios, forma un triple cordón que sostiene los desafíos de la vida cristiana y fortalece los vínculos fraternos entre los creyentes.