En esta tercera morada nos preparamos para dar un paso crucial hacia la conciencia mística, un despertar hacia el reino de Dios que anhela manifestarse en nuestra vida. Es aquí donde confrontamos el pensamiento egocéntrico y las limitaciones de nuestra conciencia sensorial. Nos preparamos para experimentar un cambio profundo, guiados por la voz interior que cada día se hace más clara en nuestra alma.

La tercera morada de Teresa de Ávila se caracteriza por una mayor profundización en la vida de oración, el desapego de lo material, el amor al prójimo y la consolidación del camino espiritual hacia una unión más íntima con Dios.

En su obra maestra "El Castillo Interior", Teresa de Ávila nos guía a través de un viaje espiritual que tiene lugar en un castillo con múltiples moradas, cada una representando un nivel de crecimiento y profundización espiritual. En esta ocasión, exploraremos la segunda morada, un espacio crucial en el que nos enfrentamos a desafíos significativos y valiosas enseñanzas que nos empujan a profundizar en la comunicación con lo divino y en el autoconocimiento.