Deseo que éste sea un instante santo para mí, a fín de compartirlo con mi hermano, a quien amo. Es imposible que se me pueda conceder a mí sin él o a él sin mí. Pero nos es totalmente posible compartirlo ahora. Elijo, por lo tanto, ofrecerle este instante al Espíritu Santo, para que Su bendición pueda descender sobre nosotros, y mantenernos a los dos en paz.