Los mitos sobre Erzsébet Báthory, la "Condesa Sangrienta", giran en torno a su presunta crueldad y la leyenda de que se bañaba en la sangre de jóvenes vírgenes para mantener su juventud; sin embargo, investigaciones recientes cuestionan la veracidad de estos hechos, sugiriendo que pudieron ser exageraciones o parte de una conspiración para apoderarse de sus bienes.