El laberinto del Minotauro fue construido por Dédalo en la isla griega de Creta, por orden del rey Minos, con la finalidad de encerrar al mítico Minotauro, una feroz criatura con cuerpo de gigante y cabeza de toro.
La leyenda cuenta que Poseidón hizo que Parsifae, la esposa del rey Minos, se enamorase de un hermoso toro blanco. De la unión entre ambos nació el temible Minotauro. Para evitar la vergüenza, Minos le pidió a Dédalo, arquitecto ateniense exiliado en su isla, que construyese un laberinto subterráneo tan intrincado que nadie fuese capaz de encontrar la salida.