El discípulo que se mantiene unido a mí, y con quien yo me mantengo unido, es como una rama que da mucho fruto; pero si uno de ustedes se separa de mí, no podrá hacer nada.

No habrá compasión para quienes no hayan tenido compasión de otros. Pero si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes cuando los juzgue.

¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente, de verdad quiero obedecer la ley de Dios pero, a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.

Jesús contestó: Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos.

Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por causa nuestra, porque la Escritura dice: “Maldito todo el que muere colgado de un madero.”

Si Cristo les ha dado a ustedes poder para animar a los demás, y si el amor que ustedes tienen los lleva a consolar a otros, y si todos ustedes tienen el mismo Espíritu y son compasivos.

A los que buscan la paz entre las personas, Dios los premiará dándoles paz y justicia.

Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir.

No rechazo el amor de Dios. Porque si él nos aceptara sólo porque obedecemos la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto.