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Hay artistas que trascienden su época y se convierten en faros que iluminan el camino para futuras generaciones. Victor Vasarely es, sin duda, uno de ellos. Hoy quiero contarles sobre este extraordinario artista húngaro-francés que revolucionó nuestra manera de ver y entender el arte, y cuya influencia sigue vibrando en el trabajo de artistas contemporáneos como yo.
El Visionario de Pécs
Victor Vasarely nació en 1906 en Pécs, Hungría, en una época de grandes transformaciones sociales y artísticas. Inicialmente estudió medicina en la Universidad de Budapest, pero su verdadero destino artístico se revelaría en 1929 cuando se inscribió en Muhely, conocida como el Bauhaus de Budapest. Esta escuela, fundada por Alexander Bortnyik y modelada según el Bauhaus de Dessau, Alemania, le enseñó las lecciones de gigantes como Walter Gropius, Wassily Kandinsky, Paul Klee y Josef Albers.
Fue en Muhely donde Vasarely descubrió el arte abstracto y se introdujo al constructivismo, produciendo algunas de sus famosas obras. Pero más importante aún, fue aquí donde desarrolló teorías revolucionarias que promovían un arte menos individualista y más colectivo, un arte que se adaptara al mundo moderno cambiante y al mundo de la industria. Esta visión, profundamente influenciada por las enseñanzas del Bauhaus, marcaría profundamente toda su trayectoria artística y lo convertiría en el visionario que conocemos hoy.
En una época donde el arte abstracto apenas comenzaba a definirse, Vasarely tuvo una visión revolucionaria: crear obras que no solo fueran estéticamente bellas, sino que literalmente movieran los ojos del espectador. No se conformaba con que miráramos sus obras; quería que las experimentáramos físicamente, que sintiéramos cómo nuestro sistema visual se veía desafiado y sorprendido
© Adagp, Paris
Crédit photographique : Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. GrandPalaisRmn
Réf. image : 4N57472
.
La Magia de la Ilusión Óptica
¿Cómo logra un artista que formas geométricas aparentemente estáticas cobren vida ante nuestros ojos? Esa fue la pregunta que Vasarely se planteó y respondió de manera magistral a lo largo de su carrera. Su secreto residía en el entendimiento profundo de cómo funciona nuestra percepción visual.
Vasarely descubrió que nuestro cerebro está constantemente interpretando y reinterpretando lo que vemos. Cuando colocaba círculos de diferentes tamaños en una progresión específica, o cuando jugaba con contrastes cromáticos particulares, estaba literalmente hackeando nuestro sistema visual. Sus famosas obras como "Zebra" o "Vega" no son solo pinturas; son experiencias perceptuales.
Lo fascinante es que Vasarely logró esto usando elementos básicos: círculos, cuadrados, rombos, líneas. En sus manos, la geometría más simple se convertía en una sinfonía visual compleja. Era un alquimista que transformaba formas elementales en emociones puras.
El Nacimiento del Op Art
Vasarely no solo fue un gran artista; fue el fundador de todo un movimiento. El Op Art (Arte Óptico) nació de su visión revolucionaria, y pronto otros artistas comenzaron a explorar estas posibilidades visuales. Bridget Riley, Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz-Diez, todos de alguna manera siguieron el camino que Vasarely había trazado.
Pero aquí está lo extraordinario: mientras otros artistas se enfocaban en aspectos específicos del Op Art, Vasarely mantuvo una visión integral. Para él, el arte óptico no era solo una técnica; era una nueva forma de democratizar el arte. Sus obras podían reproducirse, podían llegar a más personas, podían salir de los museos y formar parte de la vida cotidiana.
Esta visión democrática del arte es algo que resuena profundamente conmigo. Vasarely entendió, décadas antes de la era digital, que el arte tenía el potencial de trascender las limitaciones físicas tradicionales.
Más Allá del Lienzo
Una de las cosas que más admiro de Vasarely es su capacidad de pensar más allá del formato tradicional. No se limitaba al lienzo y la pintura; experimentó con serigrafía, con esculturas, con instalaciones arquitectónicas. Su obra "Vega" se convirtió en un ícono que trascendió el mundo del arte y se insertó en la cultura popular.
Vasarely soñaba con un arte cinético planetario, con obras que pudieran integrarse a la arquitectura, que formaran parte del paisaje urbano. En muchos sentidos, fue un visionario que anticipó cómo el arte digital y las nuevas tecnologías podrían expandir las posibilidades creativas
.
La Herencia Digital
Cuando comencé a desarrollar mi serie Bubbles, tomando como punto de partida su obra "Vega", no era solo un ejercicio de admiración; era una conversación entre épocas. Vasarely trabajaba con medios analógicos, pero sus conceptos visuales se tradujeron perfectamente al lenguaje digital.
Lo que él lograba con pintura y serigrafía, yo podía explorarlo con píxeles y gradientes digitales. Sus principios de repetición, progresión y contraste funcionaban de manera extraordinaria en el medio digital, pero también abrían nuevas posibilidades que él no había podido explorar.
Es fascinante cómo un artista que trabajó principalmente en el siglo XX sentó las bases conceptuales para mucho del arte digital contemporáneo. Sus investigaciones sobre la percepción visual siguen siendo relevantes en nuestra era de pantallas y realidades virtuales.
El Genio de la Simplicidad
Hay algo profundamente poético en la manera como Vasarely lograba efectos tan complejos con medios tan simples. Sus obras nos recuerdan que la sofisticación no siempre requiere complicación. A veces, la magia está en saber exactamente dónde colocar un círculo, qué color usar, cómo crear una progresión que engañe al ojo.
Esta lección ha sido fundamental en mi propio desarrollo artístico. En un mundo donde la tecnología nos ofrece infinitas posibilidades, la disciplina de Vasarely nos recuerda la importancia de la precisión, de la intención clara, de la economía de medios
Victor Vasarely, « Bi-Tupa », 1974-1976
© Coll. Centre Pompidou, MNAM / CCI / Bertrand Prévost / Dist. RMN-GP © Adagp, Paris
.
El Legado Perpetuo
Hoy, más de 25 años después de su muerte, la influencia de Vasarely sigue siendo palpable. No solo en el trabajo de artistas que trabajamos directamente con abstracción geométrica, sino en el diseño gráfico, en la arquitectura, en la moda, incluso en los efectos visuales digitales.
Cada vez que vemos una animación que juega con efectos ópticos, cada vez que un diseñador usa patrones geométricos para crear movimiento visual, estamos viendo la herencia de Vasarely. Su visión de un arte que trasciende fronteras se ha cumplido de maneras que él probablemente nunca imaginó.
Una Inspiración Perpetua
Para mí, Vasarely representa algo esencial sobre el arte: la capacidad de transformar lo simple en extraordinario, de crear belleza a partir de principios matemáticos, de hacer que el espectador sea parte activa de la obra. Su trabajo me enseñó que no necesitamos complicar las cosas para crear impacto; necesitamos entenderlas profundamente.
Cada vez que trabajo en una nueva pieza, llevo conmigo las lecciones de este maestro: la importancia de la precisión, el poder de la repetición, la magia que surge cuando combinamos intuición artística con rigor conceptual.
Victor Vasarely no solo fue el padre del Op Art; fue un visionario que entendió que el arte tiene el poder de transformar no solo nuestra manera de ver, sino nuestra manera de sentir y pensar. Y esa, creo yo, es la marca de un verdadero genio artístico.
Con cariño,
Marianne
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By Marianne SucreHay artistas que trascienden su época y se convierten en faros que iluminan el camino para futuras generaciones. Victor Vasarely es, sin duda, uno de ellos. Hoy quiero contarles sobre este extraordinario artista húngaro-francés que revolucionó nuestra manera de ver y entender el arte, y cuya influencia sigue vibrando en el trabajo de artistas contemporáneos como yo.
El Visionario de Pécs
Victor Vasarely nació en 1906 en Pécs, Hungría, en una época de grandes transformaciones sociales y artísticas. Inicialmente estudió medicina en la Universidad de Budapest, pero su verdadero destino artístico se revelaría en 1929 cuando se inscribió en Muhely, conocida como el Bauhaus de Budapest. Esta escuela, fundada por Alexander Bortnyik y modelada según el Bauhaus de Dessau, Alemania, le enseñó las lecciones de gigantes como Walter Gropius, Wassily Kandinsky, Paul Klee y Josef Albers.
Fue en Muhely donde Vasarely descubrió el arte abstracto y se introdujo al constructivismo, produciendo algunas de sus famosas obras. Pero más importante aún, fue aquí donde desarrolló teorías revolucionarias que promovían un arte menos individualista y más colectivo, un arte que se adaptara al mundo moderno cambiante y al mundo de la industria. Esta visión, profundamente influenciada por las enseñanzas del Bauhaus, marcaría profundamente toda su trayectoria artística y lo convertiría en el visionario que conocemos hoy.
En una época donde el arte abstracto apenas comenzaba a definirse, Vasarely tuvo una visión revolucionaria: crear obras que no solo fueran estéticamente bellas, sino que literalmente movieran los ojos del espectador. No se conformaba con que miráramos sus obras; quería que las experimentáramos físicamente, que sintiéramos cómo nuestro sistema visual se veía desafiado y sorprendido
© Adagp, Paris
Crédit photographique : Centre Pompidou, MNAM-CCI/Philippe Migeat/Dist. GrandPalaisRmn
Réf. image : 4N57472
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La Magia de la Ilusión Óptica
¿Cómo logra un artista que formas geométricas aparentemente estáticas cobren vida ante nuestros ojos? Esa fue la pregunta que Vasarely se planteó y respondió de manera magistral a lo largo de su carrera. Su secreto residía en el entendimiento profundo de cómo funciona nuestra percepción visual.
Vasarely descubrió que nuestro cerebro está constantemente interpretando y reinterpretando lo que vemos. Cuando colocaba círculos de diferentes tamaños en una progresión específica, o cuando jugaba con contrastes cromáticos particulares, estaba literalmente hackeando nuestro sistema visual. Sus famosas obras como "Zebra" o "Vega" no son solo pinturas; son experiencias perceptuales.
Lo fascinante es que Vasarely logró esto usando elementos básicos: círculos, cuadrados, rombos, líneas. En sus manos, la geometría más simple se convertía en una sinfonía visual compleja. Era un alquimista que transformaba formas elementales en emociones puras.
El Nacimiento del Op Art
Vasarely no solo fue un gran artista; fue el fundador de todo un movimiento. El Op Art (Arte Óptico) nació de su visión revolucionaria, y pronto otros artistas comenzaron a explorar estas posibilidades visuales. Bridget Riley, Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz-Diez, todos de alguna manera siguieron el camino que Vasarely había trazado.
Pero aquí está lo extraordinario: mientras otros artistas se enfocaban en aspectos específicos del Op Art, Vasarely mantuvo una visión integral. Para él, el arte óptico no era solo una técnica; era una nueva forma de democratizar el arte. Sus obras podían reproducirse, podían llegar a más personas, podían salir de los museos y formar parte de la vida cotidiana.
Esta visión democrática del arte es algo que resuena profundamente conmigo. Vasarely entendió, décadas antes de la era digital, que el arte tenía el potencial de trascender las limitaciones físicas tradicionales.
Más Allá del Lienzo
Una de las cosas que más admiro de Vasarely es su capacidad de pensar más allá del formato tradicional. No se limitaba al lienzo y la pintura; experimentó con serigrafía, con esculturas, con instalaciones arquitectónicas. Su obra "Vega" se convirtió en un ícono que trascendió el mundo del arte y se insertó en la cultura popular.
Vasarely soñaba con un arte cinético planetario, con obras que pudieran integrarse a la arquitectura, que formaran parte del paisaje urbano. En muchos sentidos, fue un visionario que anticipó cómo el arte digital y las nuevas tecnologías podrían expandir las posibilidades creativas
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La Herencia Digital
Cuando comencé a desarrollar mi serie Bubbles, tomando como punto de partida su obra "Vega", no era solo un ejercicio de admiración; era una conversación entre épocas. Vasarely trabajaba con medios analógicos, pero sus conceptos visuales se tradujeron perfectamente al lenguaje digital.
Lo que él lograba con pintura y serigrafía, yo podía explorarlo con píxeles y gradientes digitales. Sus principios de repetición, progresión y contraste funcionaban de manera extraordinaria en el medio digital, pero también abrían nuevas posibilidades que él no había podido explorar.
Es fascinante cómo un artista que trabajó principalmente en el siglo XX sentó las bases conceptuales para mucho del arte digital contemporáneo. Sus investigaciones sobre la percepción visual siguen siendo relevantes en nuestra era de pantallas y realidades virtuales.
El Genio de la Simplicidad
Hay algo profundamente poético en la manera como Vasarely lograba efectos tan complejos con medios tan simples. Sus obras nos recuerdan que la sofisticación no siempre requiere complicación. A veces, la magia está en saber exactamente dónde colocar un círculo, qué color usar, cómo crear una progresión que engañe al ojo.
Esta lección ha sido fundamental en mi propio desarrollo artístico. En un mundo donde la tecnología nos ofrece infinitas posibilidades, la disciplina de Vasarely nos recuerda la importancia de la precisión, de la intención clara, de la economía de medios
Victor Vasarely, « Bi-Tupa », 1974-1976
© Coll. Centre Pompidou, MNAM / CCI / Bertrand Prévost / Dist. RMN-GP © Adagp, Paris
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El Legado Perpetuo
Hoy, más de 25 años después de su muerte, la influencia de Vasarely sigue siendo palpable. No solo en el trabajo de artistas que trabajamos directamente con abstracción geométrica, sino en el diseño gráfico, en la arquitectura, en la moda, incluso en los efectos visuales digitales.
Cada vez que vemos una animación que juega con efectos ópticos, cada vez que un diseñador usa patrones geométricos para crear movimiento visual, estamos viendo la herencia de Vasarely. Su visión de un arte que trasciende fronteras se ha cumplido de maneras que él probablemente nunca imaginó.
Una Inspiración Perpetua
Para mí, Vasarely representa algo esencial sobre el arte: la capacidad de transformar lo simple en extraordinario, de crear belleza a partir de principios matemáticos, de hacer que el espectador sea parte activa de la obra. Su trabajo me enseñó que no necesitamos complicar las cosas para crear impacto; necesitamos entenderlas profundamente.
Cada vez que trabajo en una nueva pieza, llevo conmigo las lecciones de este maestro: la importancia de la precisión, el poder de la repetición, la magia que surge cuando combinamos intuición artística con rigor conceptual.
Victor Vasarely no solo fue el padre del Op Art; fue un visionario que entendió que el arte tiene el poder de transformar no solo nuestra manera de ver, sino nuestra manera de sentir y pensar. Y esa, creo yo, es la marca de un verdadero genio artístico.
Con cariño,
Marianne
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