Dios tiene cuidado de nuestra vida y siempre tiene, para sus hijos, una salida.

Debemos considerarnos dichosos al ser probados en nuestra fe.

Orar debe ser como respirar para el seguidor de Jesús; tan importante como orar "sin cesar" es orar conforme a la voluntad de Dios. 

Dios se agrada de que vivamos en nuestra herencia como sus hijos; también es agradable para Él que seamos vehículo de su bendición para otras personas.

Dios nos da los recursos para que podamos mantener la pureza en nuestra vida.

Conozca la generosidad de Dios, quién suple para todas nuestras necesidades, según sus riquezas en la gloria de Jesucristo.

Podemos ser vehículos de la misericordia de Dios. Debemos imitarle, reflejando sobre todos su gracia y su amor. 

Dios quiere tener intima comunión con nosotros en la medida en que crecemos en nuestro conocimiento de Él. 

¿Cuándo debemos alabar a Dios? Intentamos responder a ésta interrogante en Vida de Plenitud.

¡Dios nos ama profundamente! Tanto que estuvo dispuesto a entregar a su hijo para la salvación de nuestra alma.