José estaba a punto de tomar una decisión difícil. María, su prometida, estaba embarazada, y él sabía que el hijo no era suyo. En su angustia, decidió separarse en silencio para no exponerla. Pero en medio de su confusión, Dios intervino de una manera inesperada.
En un sueño, un ángel le habló: “José, hijo de David, no temas recibir a María como tu esposa, porque lo que en ella ha sido concebido es del Espíritu Santo”. Con esas palabras, todo cambió. José no solo recibió confirmación de que María decía la verdad, sino que también fue llamado a una misión divina: ser el protector y padre terrenal del Mesías.
Este episodio explora la fe y la obediencia de José, su papel en la historia de la salvación y cómo su confianza en Dios nos inspira a escuchar Su voz, incluso cuando no entendemos Su plan.