Ves lo que esperas ver y esperas ver aquello que invitas. Tu percepción es el resultado de tu invitación, y llega a ti tal como la pediste. ¿De quién son las manifestaciones que quieres ver? ¿De qué presencia quieres convencerte? Pues creerás en aquello que manifiestes, y tal como contemples lo que está afuera, así mismo verás lo que está adentro. En tu mente hay dos maneras de contemplar al mundo, y tu percepción reflejará el asesoramiento que hayas elegido.