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Cuántas veces perdemos el norte en la arbitraria rueda de la vida.
Costumbres que de pura nimiedad son tomadas por la inercia boba de las malas tendencias y nos llevan al vacío de una existencia de la cual no somos dueños.
Si no nos percatamos de lo que es nuestra vida hoy, no podremos sopesar el rumbo que está llevando. Es fácil perderse a uno mismo en lo externo. Pregúntate: ¿ Eres o no feliz con la vida que llevas ?
El único camino posible es volver a casa: ese interno fuego que nos ilumina en las noches oscuras del alma.
Por eso hay que erguirse en pos de nuestra Verdad y con la voluntad de nuestro corazón retomar todo lo que un día fuimos para volcarlo en lo que queremos ser con todas nuestras fuerzas. Que tomemos el pulso a lo cotidiano y lo terrenal para medirnos con el espíritu en búsqueda de un equilibrio perfecto que cimente la armonía en nostros mismos y en nuestras relaciones.
Somos del suelo y del firmamento, ambos, hermanos del Sol, nos sostienen como a las flores del campo, como a los árboles, como a todos los animales.
Toma las riendas. Solo tenemos esta vida para elevar nuestro canto al cielo y dejar nuestras mejores huellas en la Tierra.
Tan solo sé tú y expresa quién eres en cada instante de tu vida. No olvides nunca que solo tú en ti está ese hogar que tanto añoras.
Cuántas veces perdemos el norte en la arbitraria rueda de la vida.
Costumbres que de pura nimiedad son tomadas por la inercia boba de las malas tendencias y nos llevan al vacío de una existencia de la cual no somos dueños.
Si no nos percatamos de lo que es nuestra vida hoy, no podremos sopesar el rumbo que está llevando. Es fácil perderse a uno mismo en lo externo. Pregúntate: ¿ Eres o no feliz con la vida que llevas ?
El único camino posible es volver a casa: ese interno fuego que nos ilumina en las noches oscuras del alma.
Por eso hay que erguirse en pos de nuestra Verdad y con la voluntad de nuestro corazón retomar todo lo que un día fuimos para volcarlo en lo que queremos ser con todas nuestras fuerzas. Que tomemos el pulso a lo cotidiano y lo terrenal para medirnos con el espíritu en búsqueda de un equilibrio perfecto que cimente la armonía en nostros mismos y en nuestras relaciones.
Somos del suelo y del firmamento, ambos, hermanos del Sol, nos sostienen como a las flores del campo, como a los árboles, como a todos los animales.
Toma las riendas. Solo tenemos esta vida para elevar nuestro canto al cielo y dejar nuestras mejores huellas en la Tierra.
Tan solo sé tú y expresa quién eres en cada instante de tu vida. No olvides nunca que solo tú en ti está ese hogar que tanto añoras.