Humanistic Megatrends
Comenzaremos este artículo citando al emprendedor y escritor Keith Ferrazzi:
«Hoy en día, cuando la innovación se ha vuelto más importante que la producción, si no avanzas, te mueves hacia atrás. Los primeros en adaptarse, los que ven venir las tendencias, los que poseen los conocimientos, los agentes del cambio, y todos aquellos que saben hacia dónde va su sector y qué grandes ideas están empezando a expandirse, se han convertido en las estrellas del mundo de los negocios».
Ya que nosotros no podemos expresarlo mejor, la pregunta que nos hacemos a continuación es:
¿Qué grandes tendencias humanas están empezando a expandirse y a hacerse relevantes?
Marc Jacobs | Artwork: Ivana Cruz
Activismo
Para nosotros este es el concepto contenedor que mejor aglutina la energía del mundo de hoy, todos los miembros de las dos generaciones disruptoras que pueblan el planeta responderían afirmativamente a la pregunta de si creen que hay cosas importantísimas del mundo que deben cambiar. Eso es el activismo: la actividad sostenida con intención de efectuar un cambio de índole social, político o medioambiental.
Un activista social es la persona que se informa y compara. Es activa para defender todos los derechos que la asisten como ciudadana, como consumidora, como habitante de un mundo globalizado. Así es nuestro cliente.
Ese cliente ya no admite que una empresa persiga exclusivamente el beneficio económico de sus propietarios o accionistas. Esto no es nuevo, Henry Ford ya dijo hace décadas aquello de: «un negocio que no produce nada salvo dinero, es un mal negocio». Uno de los speakers y autores más influyentes de nuestro tiempo, Simon Sinek, escribió: «La gente no compra lo que haces; compran por qué lo haces». El círculo dorado de Sinek coloca en el centro el porqué de las marcas. Y las generaciones Y y Z exigen que sus porqués tengan una relación directa con los valores de confianza y honradez. Un porqué que inspire su creatividad, que sea innovador. Que tenga algún tipo de compromiso.
Veganismo
El ser humano lleva muchos años reflexionando sobre el papel de los animales en nuestro consumo alimenticio, aunque es un fenómeno más reciente que un número cada vez mayor de personas desee eliminar completamente de sus vidas aquellos productos que proceden de algún tipo de producción animal. El vegetarianismo se asoció como colectivo por primera vez en Inglaterra en 1847. Durante un siglo y medio la conciencia sobre el uso de los animales para nuestro consumo ha evolucionado del vegetarianismo al veganismo. Un movimiento que ha crecido exponencialmente como fenómeno cultural desde la década de 2010.
Veganismo no solo es una dieta en la que no se consume ningún tipo de alimento animal, es una profunda conciencia de que no debería existir ningún tipo de producto o servicio en el que se usen animales. Los argumentos fundamentales del veganismo afectan a la ética, al medio ambiente y la salud.
El vegano excluye de su vida carne, huevos, miel, leche y derivados, cuero, lana y pieles, plumas, cosméticos y medicamentos probados en animales y, además, rechaza la existencia de animales en zoológicos o circos.
El asunto esencial para las marcas es que, desde hace una década, el veganismo es más que una convicción ética o una dieta, es un estilo de vida: «una forma extremadamente saludable y humana de vivir la vida», afirman las mismas personas exigentes y concienciadas que se enamorará de nuestra marca.
The Economist
La eclosión de este fenómeno la expresó The Economist, nombrando 2019 como el año del veganismo. El semanario británico sentenció que «allí donde lideren los millennials, empresas y gobiernos les seguirán». Y nosotros añadimos: y las marcas, también.
Según datos de Lantern, actualmente el mercado mundial de productos veggie alcanza los 4 200 millones de euros.
Después de la pionera Stella McCartney, marcas como Hugo Boss, Armani, Calvin Klein, Tommy Hilfiger y Gucci han dejado de utilizar pieles de animales y se han unido a Fur Free Alliance.
En sectores como la automoción, Porsche usa interiores libres de piel en sus nuevos modelos eléctricos.
PORSCHE
Nuestros consumidores veganos, que ahora mismo pueden llegar a representar el 4 % de la población de las economías desarrolladas, nos preguntarán si nuestros productos son veganos, y ya sabemos qué respuesta esperan.
En 1943, el psicólogo Abraham Maslow dibujó una pirámide con la jerarquía de las necesidades humanas.
Las generaciones disruptoras viven en el mundo de la velocidad. Después del dinero, la siguiente necesidad urgente es el tiempo libre, cambiando el mundo por el camino. Estos son insights muy relevantes para las marcas que se relacionen con los millennials. Nos desarrollaremos entre personas emprendedoras que valorarán que contribuyamos a su conocimiento y formación.
Las marcas de lujo satisfacen la muy humana necesidad de estatus, aunque el concepto de estatus personal y social no escapa a los cambios de nuestros tiempos.
El estatus de las nuevas generaciones no lo marca tanto lo que tienes como lo que vives. Más que un coche caro, es un viaje a un lugar lejano. Más que una segunda casa en la playa, es un festival musical con amigos, un año sabático recorriendo el mundo o un par de años de knowmadismo. Las experiencias compartidas a través de las redes sociales definen el éxito social de los millennials. Y no tendrán ningún inconveniente en incluir a nuestras marcas en esas experiencias únicas, efímeras y personales. No olvidemos que hablamos de generaciones jóvenes a las que, como a todas las precedentes, les moverá el optimismo, la motivación y la búsqueda de la satisfacción y la felicidad.