Esdras nos invita a ser comunidades que confesamos el gran amor de Dios para con su Pueblo. También reconocemos que muchas veces no le somos fieles y pecamos contra su amor y misericordia, pero también descubrimos su mano providente que nos sostiene en nuestro caminar. El evangelio lucano nos envía a prolongarla misión salvadora y liberadora de Cristo en la historia, con la condición de estar siempre en un proceso continuo de liberación personal para solo confiar en Él, que nos acompañará siempre. ¡Señor, no dejes que perdamos la libertad que tú nos diste!