Muchas veces, cuando un niño presenta dificultades para regular sus emociones o su conducta, lo primero que se busca es una etiqueta.

Un diagnóstico.

Un nombre que nos dé certeza.

Y si bien hay casos donde efectivamente existe una condición neurológica o clínica que debe ser tratada, también hay muchos otros donde el síntoma del niño es una manifestación relacional.

Una forma de pedir ayuda desde el cuerpo y el comportamiento.

En psicoterapia infantil y sistémica, no trabajamos con la idea de un niño “que está mal”.

Sino con la comprensión de que todo síntoma tiene sentido en el contexto en el que aparece.

Y muchas veces, el contexto es un adulto desbordado, solo, o cargado de historias no revisadas.

Escuchalo completo y subscríbete en esta nueva sesión de “Relatos de Diván”.

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