27:1.5 (299.5) El último descanso del tiempo se ha disfrutado; el último sueño de transición se ha experimentado; ahora os despertáis a la vida perpetua en las orillas de la morada eterna. «Y ya no habrá más sueño. La presencia de Dios y de su Hijo están ante vosotros y sois eternamente sus servidores; habéis visto su rostro y su nombre es vuestro espíritu. Allí ya no habrá más noche; y no necesitan la luz del Sol porque la Gran Fuente-Centro les da luz; vivirán para siempre jamás. Y Dios enjugará todas las lágrimas de sus ojos; ya no habrá más muerte, ni tristeza ni llanto, y tampoco habrá más dolor, porque las antiguas cosas han desaparecido».