Era una de las grandes leyendas de la música popular cuando el 17 de diciembre de 1965 se apagó su voz.
Su espíritu indomable, aquel que desafió todos las barreras posibles impuestas por la sociedad que le tocó vivir, seguía luminoso viaje dejándonos un formidable legado, parte del cual nos acompañará durante los primeros minutos de este Cubakústica.
A 60 años de su desaparición física, María Teresa continúa representando lo más auténtico y sublime de la trova cubana.
Se despedían los años 20 y, desde Santiago de Cuba, llegaban los Matamoros a La Habana con el sabroso son oriental. Sus primeras grabaciones, producidas por la etiqueta Víctor hacia 1928, respaldaban la autenticidad de Siro, Cueto y Miguel.
La leyenda Matamoros iniciaba su recorrido eterno y mundial.
Al tiempo en que estos sones imponían su melaza, en occidente una generación de soneros y trovadores reforzaban una corriente más urbana.
Con un repertorio donde destacó sobre todo la guaracha, hacia 1937 Servando Díaz fundaba junto al guitarrista y compositor Otilio Portal y el cantante Cuso Mendoza su famoso trío. Agradecemos a la memoria del disco que aquellos tiempos, de alguna manera, regresen en sus voces y guitarras.
De la frontera de los años 30 a los 40 nos acercamos a los 50. Unos minutos junto a la cantante boricua Lucy Fabery. Fue el gran Miguelito Valdés quien puso ante ella aquella fabulosa Habana de los primeros años 50.
Muy pronto apostó por la cantante Ramón Sabat quien propició estas grabaciones con el acompañamiento del "conjunto eléctrico" de Julio Gutierrez. Para estas sesiones de estudio efectuadas en 1954 la cantante acogió un repertorio muy cercano a su temperamento, vinculado por supuesto al movimiento del feeling que ya para esas fechas había ganado prestigio en el catálogo Panart.
Y con más feeling llega Doris de la Torre con el Quinteto Los Armónicos de Felipe Dulzaides. Avanzada la década del 50 la cantante villareña prometía convertirse, como así sucedió , en una de las grandes voces femeninas de la canción y el bolero cubanos.
Las grabaciones de Doris con "Los Armónicos" evidencian, de manera inmejorable, el espíritu de aquellos tiempos de clubes, independencia y luces de neón.
Rogelia Esther Puig Valdés resultó ser un nombre muy poco atractivo para ser anunciado en las carteleras de salas teatrales, clubes y cabarets. Por ese motivo, desde que tuvo la primera oportunidad de mostrar su arte, esta fabulosa cantante y bailarina, nacida en el habanero barrio de Jesús María, debutó con el nombre artístico de Vilma Valle.
De la Corte Suprema del Arte de los primeros años 40 a las majestuosas "Mulatas de Fuego" para luego brillar con luz propia en las noches cubanas.
Así recordamos a Vilma Valle quien falleció en La Habana el 29 de marzo de 1998.