El escapismo en los confines del jazz y la electrónica de Zara McFarlane nos adentra en un viaje ancestral de ida y vuelta a Jamaica vía Londres. El cuarto álbum de estudio de Zara empuja los límites del jazz a través de una exploración de las tradiciones folklóricas y espirituales de su patria ancestral, Jamaica. En asociación con los productores de culto con sede en el sur de Londres, Kwake Bass y Wu-lu, Zara ha creado un espectro propio de sonido futurista, recreando electrónicamente los ritmos pulsantes e hipnóticos Kumina y Nyabinghi, y la música que se reproduce en rituales con raíces africanas como la celebración de emancipación Bruckins Party.