Lo que comunicamos con nuestras emociones es más fuerte que lo que decimos con nuestras palabras, no se nos debe olvidar que una carga emocional que traigamos, muchas veces es tan fuerte, que cualquier cosa puede sonar a ofensa, y suele suceder que a veces no, nos percatamos de eso, y hasta nos preguntamos y ¿Qué fue lo que hice?, si yo, no dije nada malo….