Mujer, es hora que levantes tus manos y mires todo lo bueno y bello que hay en ti y fuera de ti, cuando agradeces logras disfrutar de las cosas pequeñas, como el canto de los pajaritos, el caminar, saltar, abrazar, hablar, reír… y como dice el (Sal 118:24). “Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y nos alegraremos en él”.