Siempre hay un tiempo entre el ungimiento y el reconocimiento. No eres un rechazado, eres un ungido.

Es muy diferente trabajar desde una identidad segura a trabajar para asegurar una identidad. Dios nos quiere levantar en cada área que tenemos pobreza. Puedes tener éxito laboral, pero pobreza de propósito. 

Tu identidad (quién eres). Tu cultura (cómo vives). Tu prosperidad (cómo administras).

¿Qué cosas nos detienen de obedecer? Algunos por temor a la crítica y rechazo no se entregan a Dios.

Mi corazón es mi responsabilidad. Cuando te enfocas en las decisiones de otros, te frustras. Cuando te enfocas en tus decisiones, creces.

Jesús el Amén, nos ayuda a terminar lo que empezamos. Para terminar bien necesitamos un Si y Amén a Jesús toda la vida. No fuiste creado para controlar, fuiste creado para administrar.

Dios nos da la estrategia y medios para seguir adelante para lo que Dios quiere con nosotros.

Nuestra visión siempre será Jesús. Amarlo. Conocerlo. Compartirlo. Jesús es la garantía de que Dios si cumple todas sus promesas. Fe para decir Si, Fidelidad para decir Amén.

Ser cristiano es recibir una nueva identidad. Descubres tu identidad mirando a Dios, no mirándote a ti mismo. Tu título puede cambiar, pero tu posición en Cristo nunca.

Nuestro nombre nos identifica. El dolor siempre nos va a nombrar negativamente. Dios me llama hijo, pero es mi responsabilidad llamarme hijo.