En 1840, en la ciudad de Damasco, un antiguo mito tomó nueva fuerza y desató una de las más brutales persecuciones contra una comunidad judía en el siglo XIX. El libelo de sangre —la acusación falsa de que los judíos usan sangre cristiana en sus rituales religiosos—, hasta entonces ajeno al mundo musulmán, fue importado desde Europa con consecuencias devastadoras. Lo que comenzó con la desaparición de un fraile católico terminó en tortura, muerte y una ola de antisemitismo que cruzó fronteras. En este episodio, exploramos el caso de Damasco, su contexto, sus protagonistas, y cómo el antisemitismo se modernizó bajo nuevas formas de poder y propaganda.