En la tranquila y somnolienta estación de policía de Hopkinsville, Kentucky, la noche del 21 de agosto de 1955, la calma se rompió abruptamente. Alrededor de las 11:00 p.m., un grupo frenético de once personas irrumpió en la oficina, visiblemente aterrorizadas. La familia, unida a sus amigos, aseguró que su granja había sido asediada por "pequeñas criaturas alienígenas"