Cómo afrontar los malos momentos en el emprendimiento
Ser asistente virtual y emprender tiene muchas ventajas: flexibilidad, libertad, crecimiento profesional… pero también momentos difíciles. Sí, los malos momentos forman parte del camino, y nadie se libra de ellos.
En este episodio del podcast, hablamos de cómo enfrentarlos sin que te hundan y cómo aprender de ellos para salir fortalecido.
¿Qué consideramos un “mal momento” en el emprendimiento?
Cuando hablamos de malos momentos, no nos referimos solo a crisis personales, sino a los obstáculos que surgen al emprender:
Pérdida de clientes: Se va un cliente importante y te entra el pánico.Errores y fallos: Un email mal enviado, un archivo eliminado sin querer… y el mundo parece desmoronarse.Valoraciones negativas: Un cliente descontento te deja una reseña que sientes como un golpe.Conflictos con clientes o compañeros: Diferencias de opinión, problemas en la comunicación…Falta de estabilidad: Un mes de baja facturación o de incertidumbre sobre el futuro.La clave no está en evitar estos momentos (porque son inevitables), sino en saber gestionarlos de manera inteligente para que no te paralicen.
Estrategias para gestionar los malos momentos
Poner las cosas en perspectivaCuando algo sale mal, nuestro cerebro tiende a exagerar el impacto. Parece que un fallo pequeño arruinará nuestra reputación o que nunca más conseguiremos clientes.
Pregunta clave: ¿Qué es lo peor que puede pasar realmente?
Ejemplo: Si has enviado un email con un error, lo peor que puede pasar es que tengas que reenviar otro corrigiéndolo. No es el fin del mundo.
Haz este ejercicio: Cuando algo te parezca un drama, pregúntate ¿activé una bomba nuclear sin querer? No. Entonces, es solucionable. Respira y actúa con calma.
Aprende de cada errorLos fallos no definen tu valía profesional. Cada error es una oportunidad de aprendizaje.
Reflexiona: ¿Qué puedes hacer para evitar que esto vuelva a pasar?
Ejemplo real: Si un cliente se va porque no cumpliste expectativas, revisa si necesitas mejorar procesos, comunicación o establecer límites más claros.
Convierte cada problema en una mejora futura.
Permítete un momento de frustración (pero con límite de tiempo)Está bien sentirse mal cuando algo sale mal. Lo que no está bien es quedarte atrapado en la negatividad.
Un método interesante: Date 5 minutos de desahogo. Llora, grita, quéjate, escribe en tu diario… y cuando el temporizador suene, se acabó la lamentación y pasamos a la acción.
No se trata de ignorar las emociones, sino de no permitir que te paralicen.
Enfócate en lo que puedes controlarCosas que no puedes controlar:
Que un cliente no renueve.Que alguien critique tu trabajo sin fundamento.Que haya cambios en el mercado.Cosas que sí puedes controlar:
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