Aunque a veces se nos dificulta aceptar la voluntad de Dios, siempre es bueno razonarla y meditarla. La inconformidad ante los designios de nuestro Señor Jesucristo puede ser malsana. Sobre todo cuando se es un padre joven y no se quiere acudir a Dios, pues una pena se hace mucho más intensa. Un verdadero cristiano sabe que Dios está por encima de nuestros conceptos del bien y del mal y que debemos aceptar sus bendiciones aunque no las entendamos.

La historia de hoy será leída por el tío Julio. Es la carta de Bruno, un buen amigo que nos cuenta lo que le ocurrió. Luego de ser víctima de un asalto, y por temor a una represalia, el sufría de pesadillas. Pero el pastor Gonzales lo ayudó a comprender que, teniendo a Jesús, todo es posible y que en todo momento contamos con su ayuda. Más aún, nunca se sabe cuándo y cómo Dios puede usarnos para ayudar a una vida cuando menos lo esperamos.

Es con mucho agrado que este tío Julio comparte el día de hoy una historia basada en un hecho real que nos acerca en nuestra fe. En la narración de lo ocurrido a Claudio, un cristiano y buen hombre de familia quien tuvo que hacer un reportaje radial sobre una mujer que tenía visiones, aprenderemos sobre algunas corrientes religiosas y supersticiones y veremos cómo la Biblia nos recuerda que ya tenemos lo que Dios quiere que tengamos y ya sabemos lo que Dios quiere que sepamos.

Es bueno poder compartir una vez más con ustedes una historia que nos hermana y que nos da la oportunidad de conocernos mejor. Y es que a veces uno trata a las personas sin realmente conocerlas del todo, hasta que un día alguien se nos revela como un ser excepcional. Como ocurre en la historia de Elsa y Gerardo.

Puede que muchos reconozcan como propia la historia de hoy, pues se trata de la pérdida de un hijo. Esta terrible pérdida, como les ocurrió a Araceli y a Nazario, no es la primera vez que ocurre. Es siempre doloroso tener que enfrentar la muerte de un hijo. Pero si no tenemos la fe suficiente, ni la inteligencia necesaria para entender la situación, podemos cometer el error de Nazario.

Siempre tenemos algo por lo cual dar gracias a Dios: el aire que respiramos, las flores, los animales, el bello mundo que nos rodea y las criaturas del universo, porque todo es parte de la creación de Dios. Dios nos ha dotado de inteligencia para discernir, sensibilidad para disfrutar de lo hermoso y entendimiento para proteger nuestra integridad física y espiritual, como lo veremos en la historia de hoy.

¿Alguna vez se han fijado qué difícil es complacer a todos? por más que se desee siempre habrá alguien descontento, como ocurre en la dulce historia de Isabel y Damián. Ambos eran viudos y compartían una gran afinidad el uno por el otro. Pero el hijo de Damián, aún dolido por la pérdida de su madre, se oponía a su relación. Pero el Señor obra en formas misteriosas. ¿Aceptará Damián a Isabel como a su segunda madre?

¿Qué es el amor? Es ese sentimiento a veces demoledor del que se impregna todo nuestro ser al encontrar un alma a la que juzgamos gemela. Pero, por sobre todo, una de las bendiciones más genuinas que Dios nos ha dado, siempre que sepamos hacer de él lo que Él dispone. Los padres cristianos de Rosita le habían enseñado a decidir en la gracia de Dios y a tener el temple necesario para defender ese amor que tiene la bendición de Dios, aun cuando sea sin el permiso de ellos.

En nuestro programa pasado comenzamos la historia de Magali, una buena esposa y madre quien, buscando sentirse útil, comenzó a trabajar en las ventas con gran éxito. Pero la falta de tiempo entre el hogar y el trabajo la induce a caer en la tenebrosa telaraña de las drogas.

Magali era una buena esposa y mejor madre de sus cuatro hijos. Pero su deseo de buscar significado a la vida la llevó a trabajar en ventas y con tal éxito, que le faltaba tiempo para atender bien el hogar y el trabajo. Esto la induce a caer en la tenebrosa telaraña de las drogas. ¿Logrará liberarse de la esclavitud a la que somete una adicción?