En acuerdos con el tiempo caminamos por ese territorio donde ya no somos del todo jóvenes, pero todavía no aceptamos todas las cláusulas de la adultez. Reflexionamos sobre los pactos invisibles que firmamos con el tiempo: las renuncias que pesan, las ilusiones que defendemos y los cambios que elegimos. Entre anécdotas, filosofía y un espíritu roquero, exploramos cómo seguir creciendo sin entregar la chispa que nos mantiene vivos. Porque adultecer no tiene que ser perderse… también puede ser encontrarse de nuevo.