La exploración del archivo que nos ha legado Carlos Bermudo permitió el rescate de la historia escrita por Soledad Acosta de Samper que escucharemos al inicio de este episodio y que, según las notas al margen del recorte, parece haber apadrinado un segundo texto, una suerte de poética asnal o manifiesto bruto —fruto del modélico adultismo para juguetes, anota Bermudo— que cierra esta cuarta emisión.

Agradecemos a la investigadora Alejandra Arcila la pesquisa archivística y a la profesora Alejandra Lopera su reveladora lectura. Gracias, igualmente, a nuestro invitado músico: Alejandro Duque.

La frontera entre animalidad y humanidad puede tomar la forma de una breña que se abisma, pero, también, ofrece la tentación del paso, del tráfico o del estraperlo. En cualquier caso, la transgresión entrañaría un costo. En este tercer episodio, el profesor Juan Pablo Pino nos introduce, con mérito revelador sobre el caso Bermudo, a las posibilidades y riesgos asumidos por quienes parecen empeñados en sofisticar lo primitivo.

En este segundo episodio la profesora Alba Clemencia Ardila comenta el archivo Bermudo y su proyecto de transformación animal, valiéndose del concepto de identidad narrativa. Y, como respuesta a una invitación de recepción lírica, la artista Sara Rodas nos ofrece una versión de Popea 59, voz asnal riente y rebuznadora, que consagra en modo dórico a la recua.

Carlos Bermudo llamó Fabla bestial a la transcripción de las voces que creyó sintonizar como vibraciones provenientes de la quijada de una burra, dieciocho en total. Cada corona de los dientes del maxilar inferior fue estudiada como rastro del tiempo para dar origen a un supuesto dialecto. En este episodio escucharán una versión sonora del arduo bosquejo que recibimos. Igualmente, recrearemos un pasaje bíblico que nuestro esquivo diletante consideró: “consagración matriarcal del origen divino de las voces asininas”.

Bienvenidos.