En la vida diaria, muchas veces nos vemos atrapados en mil pendientes, preocupaciones y obligaciones. Sin embargo, la biblia nos recuerda que, aunque las tareas son importantes, también lo es aprender a pausar, a estar presentes y a valorar lo esencial: una conversación significativa, un momento de calma, escuchar realmente a alguien o simplemente estar. A veces, lo más valioso no es lo que hacemos, sino a lo que le damos atención.