HUMILDAD (III)

La Divina Misericordia en mi alma - [1436] - “Oh humildad, virtud preciosísima, qué pocas son las almas que te poseen”.

HUMILDAD (II)

Seguimos repasando páginas del diario de Santa Faustina, la vista irá deteniéndose en puntos en los que ella nos habla de la humildad: [593] “Un alma humilde no confía en sí misma, sino que pone su confianza en Dios. Dios defiende al alma humilde y Él Mismo se introduce en las cosas de ella”

HUMILDAD (I): Si de verdad fuéramos humildes – nos dice nuestra santa – atraeríamos a Dios hacia nosotros. Nos perseguiría Él mismo. Es decir, iría tras de nosotros para bendecirnos y enriquecernos con sus gracias.

Dones extraordinarios de Santa Faustina (III). Relaciones con las almas del Purgatorio.

DONES DE SANTA FAUSTINA (II)

CONOCIMIENTO DEL ESTADO DEL ALMA DE OTRAS PERSONAS.

Sor Faustina, padecía sufrimientos en las manos, los pies y el costado, en los lugares que Jesús tenía traspasados. Experimenta particularmente estos sufrimientos cuando se encuentra con un alma que no está en estado de gracia, entonces reza y pide ardientemente que la Misericordia de Dios envuelva a aquella alma.

DONES EXTRAORDINARIOS DE SANTA FAUSTINA (I)

UNIÓN ESPIRITUAL CON LOS AGONIZANTES

Es especialmente, durante su estancia en el hospital de Pradnik que Sor Faustina experimenta una íntima unión con las almas que al iniciarse la agonía le piden rezar.

Diario [835] – Dios me ha dado un contacto misterioso con los agonizantes.

APOSTOLADO (II) El mes de octubre de 1936, durante unos Ejercicios Espirituales de ocho días, Sor Faustina tuvo una visión del infierno. [741] - Yo, Sor Faustina, conducida por un ángel, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el infierno existe. ¡Qué espantosamente grande es su extensión! Habría muerto a la vista de aquella realidad, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. Lo escribo por orden del Señor para que ningún alma se excuse (diciendo) que el infierno no existe o que nadie estuvo allí ni sabe cómo es.

APOSTOLADO (I) Concilio Vaticano II: “La vocación cristiana es por esencia vocación al apostolado” (Apostolicam actuositatem, 2). En este sentido – así lo hacen todos cuantos acogen los escritos de Santa Faustina -, nadie puede renunciar a hacer apostolado. Nadie puede ser “clase pasiva” en la Iglesia de Dios. Todos podemos, y debemos y debemos hacer mucho por el apostolado.

AÑORANZA DE DIOS (II)

Diario [1589] – Te espero, Señor, entre la quietud y el silencio, con gran añoranza en el corazón, con un deseo irresistible, siento que mi amor hacia Ti se vuelve fuego y como una llama ascenderá al cielo al final de la vida y entonces se realizarán todos los deseos. Ven ya, mi dulcísimo Señor, y lleva mi corazón sediento, allí, donde estás Tú, a las regiones excelsas del cielo, donde Tu vida dura eternamente.

AÑORANZA DE DIOS (I)

18 de abril de 1935, esa mañana, Sor Faustina, escucha estas palabras:

[413] - "Desde hoy hasta la resurrección no sentirás Mi presencia, pero tu alma se llenará de gran añoranza".

En seguida, un gran deseo inundó su alma; siente la separación del amado Jesús y al acercarse el momento de la Santa Comunión, ve en el cáliz, en cada Hostia, el Rostro doliente de Jesús.

- "A partir de aquel momento sentí en el corazón una añoranza aún mayor".