Camino de confianza. Diario de Santa Faustina

AÑORANZA DE DIOS (I)

18 de abril de 1935, esa mañana, Sor Faustina, escucha estas palabras:

[413] - "Desde hoy hasta la resurrección no sentirás Mi presencia, pero tu alma se llenará de gran añoranza".

En seguida, un gran deseo inundó su alma; siente la separación del amado Jesús y al acercarse el momento de la Santa Comunión, ve en el cáliz, en cada Hostia, el Rostro doliente de Jesús.

- "A partir de aquel momento sentí en el corazón una añoranza aún mayor".

PACIENCIA

Durante su estancia en el hospital de Pradnik, Sor Faustina coincide con cierta persona que antes había sido alumna de la Congregación. La santa escribe en su diario:

[920] - Naturalmente me ejercita en la paciencia, me visita varias veces al día, después de cada visita estoy cansada, pero veo que es el señor Jesús que me ha mandado esta alma. Que solo Te alabe, oh Señor. La paciencia da gloria a Dios.

ANGELES DE DIOS.

Un día en que Sor Faustina se encontraba en la adoración, y su espíritu como si estuviera en agonía añorando a Dios y sin lograr retener las lágrimas, ve a un espíritu de gran belleza que pronuncia estas palabras: “No llores, dice el Señor”. Un momento después, Faustina pregunta:-¿Quién eres? Y Él le contesta:- “Soy uno de los siete espíritus que día y noche están delante del trono de Dios y lo adoran sin cesar”.

CORAZÓN MISERICORDIOSO III. Sigue Jesús manifestando sus deseos de que se proclame su misericordia y todo pecador arrepentido deposite en Él su confianza. [1520] - He abierto Mi Corazón como una Fuente viva de Misericordia. Que todas las almas tomen vida de ella. Que se acerquen con gran confianza a este mar de misericordia. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina.

Corazón misericordioso II: En cierta ocasión, cuando su confesor celebraba la Santa Misa --como siempre--, Sor Faustina ve al Niño Jesús en el altar, desde el momento del ofertorio.

[442] -- Pero un momento antes de la elevación el sacerdote desapareció y se quedó Jesús, y cuando llegó el momento de la elevación, Jesús tomó en sus manos la Hostia y el Cáliz y los levantó juntos y miró hacia el cielo y un momento después vi otra vez a mi confesor y pregunté al Niño Jesús dónde estaba el sacerdote mientras no lo veía. Y Jesús me contestó:

- En Mi Corazón.

CORAZON MISERICORDIOSO DE JESÚS (I)

En noviembre de 1932, Sor Faustina, llega a Varsovia para la tercera probación.

[167] - Tras un cordial saludo con las queridas Madres, entré un momento en la pequeña capilla. La presencia de Dios inundó mi alma y oí estas palabras:

- Hija Mía, deseo que tu corazón sea formado a semejanza de Mi Corazón misericordioso. Debes ser impregnada completamente de Mi misericordia.

DIARIO ESPIRITUAL (II)

Cierto día en que Sor Faustina no tenía gana de escribir, de repente, oye en el alma una voz:

[895] - Hija Mía, no vives para ti, sino para las almas. Escribe para el bien de ellas. Exijo que todos los momentos libres los dediques a escribir de Mi bondad y misericordia; ésta es tu misión y tu tarea en toda tu vida. Sé diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia porque están destinadas para un gran número de almas que sacarán provecho de ellas.

Durante su estancia en Vilna Sor Faustina recibió de su confesor la recomendación de poner por escrito sus vivencias interiores. En aquel entonces el Padre Miguel Sopocko era profesor en el Seminario y en la Facultad de Teología de la Universidad - Stefan Batory.

Además de la orden del confesor, en muchas páginas de sus cuadernos, Sor Faustina menciona una orden clara de escribir, hecha por Jesús Mismo.

[6] - Debo tomar nota de los encuentros de mi alma Contigo, oh Dios, en los momentos particulares de Tus visitas. Debo escribir de Ti, oh inconcebible en la misericordia hacia mi pobre alma.

AMOR ADIOS (III)

Ni el amor a Dios, ni el amor de Dios a nosotros acaba aquí. Algo grande sucede y cambia nuestro modo de pensar y actuar, al descubrir que Dios nos ama hasta tal punto que nos quiere seguros junto a Él, en la morada de su eterna felicidad. En cierto momento eso es lo que Jesús dice a Sor Faustina. Y humildemente, ella, del modo más sencillo y comprensible nos dirá: “Sé solamente que amo y que soy amada”.

AMOR A DIOS (Segunda parte): Palabras de Santa Faustina - Oh, qué inefables favores Dios concede al alma que lo ama sinceramente. Oh, felices las almas que ya aquí en la tierra gozan de sus particulares favores, y estas son las almas pequeñas y humildes. El amor no conoce temor, pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a Dios y se sumerge en Él como en su único tesoro.