Presentamos el 3.er capítulo dedicado a la vida del Beato Gaspar de Bono, fraile de los mínimos. Continuamos relatando con ejemplos y anécdotas las gracias y dones que Dios le concedía así como sus virtudes heróicas. Tenía el don del conocimiento de almas, era especialmente paternal con los enfermos, confiaba tanto en la providencia divina y se compadecía de los pobres que daba cuanto podía a los que se acercaban al convento, en las ocasiones en que se quedaban sin lo necesario ocurría algún milagro que les proveía. Su gran humildad y conciencia de pecador hacía que considerara como ofensas los halagos que le dirigían y cuando fue humillado y tratado injustamente defendió este trato diciendo que se lo merecía por pecador. Soportó dolores y enfermedades que no le frenaron para ayudar a quienes lo precisaban.
Le mandaron que se sacara la licencia para confesar y allí empezó a ser conocida su fama de santidad. Fue superior o corrector en diferentes ocasiones y conventos, cosa que no le agradaba y él era el primero en guardar una estricta observancia de la regla. Siendo ya mayor le eligieron como superior Provincial, lo que le ocasionó un gran disgusto pues se sentía indigno de tal cargo.