Presentamos el 4º y último capítulo dedicado a la vida del Beato Gaspar de Bono perteneciente a la orden de los mínimos. Durante su vida fue padeciendo enfermedades que se agravaban conforme se hacía mayor pero no se quejaba y lo ofrecía todo a Jesucristo. Estricto consigo mismo en seguir la regla del convento, se consideraba tan pecador que pensó que no merecía el cargo de provincial ni cargo alguno superior, aceptó por obediencia. Fue muy humilde y mortificaba su cuerpo, decía que mejor padecer aquí que en el purgatorio. El Señor lo bendijo con dones sobrenaturales como la profecía, el don de conocer el interior de las personas. Cuando murió, la noticia se difundió por toda Valencia de manera que al considerarlo santo, la gente se agolpaba a recoger alguna reliquia. Se produjeron muchos milagros por su intercesión y pronto se le declaró Beato.