La vida del apóstol Pablo es un claro ejemplo de ello. Pocos hombres han sido tan fieles a Dios como él, y pocos han tenido una vida tan llena de sufrimientos y dificultades. Y hay que decir, que esta será la norma para todo aquel que quiera servir fielmente al Señor.
(2 Ti 3:12) "Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución."
Pablo descubrió esto en el mismo momento en que tuvo su primer encuentro con Cristo:
(Hch 9:16) "Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre."
Sufrir por Cristo es una parte normal del cristianismo. Esto debería ser conocido por cualquier persona que se convierte y también por aquellos que desean servir al Señor. De hecho, la norma bíblica es que a mayor fidelidad y servicio, mayor sufrimiento y oposición.