Dios responde ante nuestro éxito con amor, no con mera aprobación. Y la respuesta de Dios ante nuestros fracasos, es amor abundante. Nada nos puede separar de su amor. Dinero, casas, y status no es lo que Dios nos ofrece si nos comportamos, de la misma manera que El no nos castiga con enfermedad, o fracaso cuando nos equivocamos. ¿Eso quiere decir que no hay consecuencias de nuestras acciones? Claro que no! pero el amor de Dios no está condicionado a eso. De hecho, podemos ver que su gracia nos cubre en esos momentos.