Un combustible que tiene su origen en los seres vivos actuales es un biocombustible. La madera, los productos agrícolas o los desechos orgánicos, por ejemplo, pueden ser la materia prima utilizada para obtener el biogás, bioalcohol o biodiesel que después nos proporcionarán la energía necesaria para hacer funcionar motores o para calentarnos. La palabra bio-combustible se usa en contraposición a los combustibles fósiles como el petróleo o el gas natural. Estos se crearon a partir de la transformación de seres vivos – en ese sentido todos son “bio”-, pero eran seres antiquísimos que habitaron la Tierra hace muchos millones de años. Si el petróleo se lleva a una refinería para obtener de él gasolina, gasoil, plásticos, etc., la materia orgánica prima para obtener biocombustibles, también debería ser procesada en plantas especializadas o birrefinerías que aprovechen todo su potencial. En el programa de hoy, José Ignacio García Laureiro, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea habla de las ventajas e inconvenientes de los biocombustibles y explica con detalle cómo debería ser una biorrefinería. Más información en http://cienciaes.com