El agua es una sustancia maravillosa que impregna el planeta Tierra y hace posible la existencia de la vida. Cubre más del 70 por ciento de la superficie terrestre y su volumen es tal que, si el planeta fuera una bola con una superficie lisa, ésta quedaría sumergida completamente bajo un océano de 2750 metros de profundidad. Pero, a pesar de la enorme abundancia de agua, la mayor parte de ella ((97,5 %) está cargada de sales y no sirve para beber ni para regar nuestros cultivos. El resto es agua dulce, pero las dos terceras partes permanece inaccesible formando el hielo de las regiones polares y los glaciares. El tercio restante, casi por completo, está bajo el suelo, ocupando las grietas e intersticios de la tierra. Los, ríos y lagos sólo contienen es una ínfima parte del total. Por cada litro de agua dulce que hay sobre la superficie, existen 100 litros bajo tierra, formando parte de un mundo que se acumula en acuíferos, que se filtra entre las rocas, que fluye de un lado a otro bajo nuestros pies sin que seamos conscientes de su existencia. Parece mentira que vivamos ignorantes de ese mundo misterioso modelado por el agua que existe bajo nosotros. La abundancia de las aguas subterráneas, su distribución y sus flujos son fundamentales para nuestras vidas. Entre los científicos que intentan comprender y desvelar este recurso cargado de misterio está nuestro invitado hoy en Hablando con Científicos: D. David Sanz Martínez, hidrogeólogo, investigador del grupo de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica de la Universidad de Castilla-La Mancha en el Instituto de Desarrollo Regional profesor en la Escuela Politécnica de Cuenca. Más información en http://cienciaes.com y Radio Cienciaes