No se si has notado que el no dejar que sea Dios quien lidie con tu vida, especificamente con tus problemas e incluso con tu pecado es una señal clara de que por tu orgullo sigues en la misma circunstancia.
El orgullo nos hace no renunciar a nuestra carga por la simple razon de que al entregarsela a Dios seria admitir mi debilidad y reconocer que no puedo y eso es un golpe duro a nuestro orgullo.
El evangelio rompe con eso y nos muestra que no es malo ser debil, sino por el contrario, en nuestra debilidad se muestra la gracia de Dios.