En ese remedo de periodismo la fuerza está en los adjetivos. Los testimonios son “explosivos”, la gente no habla, sino que “rompe su silencio”, no da declaraciones, sino que “se despacha”, el adjetivo “escandaloso” va en uno de cada tres titulares, todo es “enigmático” o “misterioso”.
En ese remedo de periodismo la fuerza está en los adjetivos. Los testimonios son “explosivos”, la gente no habla, sino que “rompe su silencio”, no da declaraciones, sino que “se despacha”, el adjetivo “escandaloso” va en uno de cada tres titulares, todo es “enigmático” o “misterioso”.