Las solemnes obviedades de los astrólogos serían solo un chiste si no constituyeran ingrediente cotidiano de una gran humareda que favorece el misterio, consolida el oscurantismo, debilita los resortes del sentido racional y margina el pensamiento crítico
Las solemnes obviedades de los astrólogos serían solo un chiste si no constituyeran ingrediente cotidiano de una gran humareda que favorece el misterio, consolida el oscurantismo, debilita los resortes del sentido racional y margina el pensamiento crítico