El Corazón abierto de Jesús, traspasado por nuestro amor, es la Puerta del Santuario, es el brocal de un pozo sin fondo, es el camino que conduce a una mina de tesoros inagotables, es el puerto seguro para todo navegante, el redil de las ovejas, la entrada a la tierra prometida, la Vida Eterna.