Desde el principio, el anhelo de Dios ha sido uno solo: habitar con su pueblo.
Hoy, en el nuevo pacto, no seguimos una lista de normas externas… seguimos una relación viva, donde Su ley está escrita en nuestro corazón.
En esta reflexión, recordamos que somos su pueblo y Él es nuestro Dios, no de palabra, sino de presencia.
📖 Jeremías 31:33 nos recuerda esa promesa eterna.
🎧 Escuche este episodio y declare hoy:
“Señor, habita en mí.”