Nadie puede describir la adoración de esta alma tan noble (de San José). Él no veía nada y, sin embargo, creía; su fe tuvo que perforar el velo virginal de María. ¡Así es contigo! Bajo el velo de
las sagradas especies tu fe debe ver a Nuestro Señor. Pídele a San José su fe viva y constante.
— San Pedro Julián Eymard