El año del confinamiento otorgó un protagonismo inédito a
las redes sociales. El aislamiento, potenció el poder el poder de Twitter,
Facebook, Instagram, Whatsapp y otras plataformas que se convirtieron en
territorios únicos de socialización, con una serie de consecuencias positivas y
negativas. La información, el entretenimiento y la educación, coexistieron con
la propaganda y la polarización. El debate está abierto.