Hay muchas personas aficionadas a la fotografía, que buscan, investigan, recogen, salvan del olvido, fotografías familiares, de escenas cotidianas, de gente corriente y más tarde, frente a ese magnífico volumen de papel fotográfico, intentan clasificar y archivar dándole un sentido propio, unas características para que vuelvan a ser rescatadas y visualizadas desde la emoción una y otra vez. Recomponer desde los vestigios vidas de desconocidos a partir de la nuestra propia. No solo fotografiamos para preservar el andamiaje de nuestra mitología personal, como dice Fontcuberta. También recuperamos, archivamos y descubrimos fotografías de otros fotógrafos anónimos.