Eso que ves en la TV, en la calle, en redes sociales, escuchas en la radio y demás “creatividad” publicitaria, no es lo que presume la gente que trabaja en esta industria. La publicidad se ama o se sufre, así como a la gente que la dirige. Una industria que tiene cosas hermosas, pero que está llena de ego, nepotismo, clasismo, acoso, ausencia de ética, explotación y poca memoria.